viernes, 1 de agosto de 2025

LOS CUATRO FANTÁSTICOS: PRIMEROS PASOS (The Fantastic Four: First Steps)



Santa Cruz de Tenerife es ya una capital con mayor número de cines cerrados que abiertos. Varios edificios que antaño acogieron salas de proyección se encuentran ahora acumulando polvo y sufriendo la decrepitud propia de la ausencia total de actividad. Los Multicines Oscar, Greco y Price, junto con el Cine Víctor, suman diecinueve pantallas que han cesado de trasladar imágenes. Cada vez llegan a Canarias menos películas y las opciones de acceder a la enorme variedad de propuestas del Séptimo Arte se reducen, por no decir que se eliminan. Yo lo denomino “ultraperiferia cinematográfica”, como símil a la condición de algunas regiones que, como nuestro archipiélago, tienen reconocida diversos territorios de la Unión Europea.   

El monopolio de determinadas distribuidoras impone cada vez más un concreto tipo de producciones. Así, después de soportar las nuevas versiones de “Jurassic World”, “Superman” y “Sé lo que hicisteis el último verano”, la originalidad llama a la puerta (nótese la ironía) con otra adaptación de “Los cuatro fantásticos”, mientras el pasado fin de semana se estrenaba en otros puntos de España la cinta italiana “Leer 'Lolita' en Teherán”, la danesa “Condenados” o la francesa “Mi querida ladrona”. La primera, ciertamente, puede visionarse en los laguneros Multicines Tenerife en una sesión diaria. Pero, como estreno en sentido estricto, son “Los cuatro fantásticos” quienes disponen de infinidad de pases. En estos momentos, el mayor impulso cinematográfico de nuestra isla corre a cargo de los responsables de “Charlas de cine” y de los miembros del Aula de Cine de la Universidad de La Laguna, cuya encomiable labor incluye también la reposición de clásicos. Así están las cosas.

Por lo tanto, como me fue imposible asistir en ese horario a “Leer 'Lolita' en Teherán” para realizar mi crítica semanal, no tuve más remedio que recurrir a “Los cuatro fantásticos”. Ya en 2005 fui testigo del film protagonizado por Jessica Alba, Chris Evans, Ioan Gruffudd y Michael Chiklis, así como de su posterior secuela, por lo que confieso que me enfrenté a esta reciente aventura con escasa predisposición.

Encarnan de por sí a unos súper héroes que no me agradan especialmente, a lo que se añade mi saturación por este subgénero. No descarto, pues, que esa barrera previa me impidiese disfrutar de la obra. En cualquier caso, la previsibilidad de la trama no puede compensarse con su considerable inversión en los aspectos técnicos. Para no variar, vuelvo a ir a contracorriente. Leo críticas elogiosas plagadas de estrellas en las puntuaciones referidas al entretenimiento. Yo, sin embargo, tan sólo percibo una reiteración sin sentido y que no aporta nada.

Un casi debutante Matt Shakman, cuya trayectoria como realizador se ha desarrollado en episodios puntuales de numerosas series televisivas como “A dos metros bajo tierra”, “House”, “The Good Wife”, “Juego de tronos” o “The Great”, se sitúa detrás de la cámara. Realiza su trabajo con corrección, ofreciendo una narración ágil y coherente. A mi juicio, el problema no radica tanto en la dirección cuanto en la deriva actual de la industria del cine entendido como arte.  

En cuanto al elenco, y pese a que el título aluda a cuatro personajes, todo gira en torno al papel de Vanessa Kirby, quien tan pronto aparece en franquicias de éxito como “Fast and Furious” o “Misión imposible”, como en proyectos más arriesgados, novedosos y frescos (“Fragmentos de una mujer” -por cuya actuación recibió una nominación al Oscar), “El mundo que viene”) o en comedias románticas (“Antes de ti”). Junto a ella intervienen Pedro Pascal (“Gladiator II”, “The Mandalorian”), Joseph Quinn (también “Gladiator II”, “Un lugar tranquilo: Día 1”), Ralph Ineson (“La bruja”, “Misántropo”) y Julia Garner (“Las ventajas de ser un marginado”, “The Americans” -excelente serie de televisión-).




viernes, 25 de julio de 2025

SÉ LO QUE HICÍSTEIS EL ÚLTIMO VERANO (I Know What You Did Last Summer)



Víctimas de esta epidemia que asola a la cinematografía norteamericana (sin expectativas de cura, por ahora) y que se traduce en que las productoras se centran casi en exclusiva en filmar nuevas versiones, secuelas y precuelas de lo que en su día fueron apuestas nuevas y originales, la semana pasada llegó a las pantallas españolas “Sé lo que hicisteis el último verano”, revisión de la cinta del mismo título estrenada en 1997. Aquel thriller adolescente presentó una segunda parte dos años más tarde, con el imaginativo título de “Aún sé lo que hicisteis el último verano”.

A la pregunta de si esta propuesta de 2025 aporta alguna novedad respecto a la de finales de los noventa, la respuesta es rotundamente negativa. Sin embargo, parece darse por supuesto que las presentes generaciones no ven largometrajes antiguos (si es que menos de tres décadas después cabe calificarlos así) y que, por ende, procede rodar adaptaciones de sus predecesoras.

En la historia del Séptimo Arte abundan esta clase de revisiones, en general fallidas. Uno de los cineastas más afectados ha sido Alfred Hitchcock, obteniéndose resultados paupérrimos de sus extraordinarias “Crimen perfecto”, “Psicosis” o “Rebeca”. Sea como fuere, la nula propensión a arriesgar a través de un proyecto novedoso, original y diferente, unida a la tendencia a apostar únicamente por fórmulas de probada rentabilidad económica o de éxito popular asegurado, empieza a alzarse como seña de identidad de la reciente industria cinematográfica estadounidense. Así, y parafraseando el título de este filme, yo tengo claro lo que no hicieron durante el último verano los productores de estas obras tan reiterativas y repetitivas: dar opciones artísticas a la originalidad y a la innovación.

Un grupo amigos provoca involuntariamente un accidente mortal. A partir de ese momento, deciden encubrir su participación y establecer un pacto de silencio. Un año después, el pasado regresa para atormentarlos y se ven obligados a enfrentarse a una aterradora verdad: alguien sabe lo que hicieron el último verano y, al parecer, se dispone a buscar venganza. A medida que los implicados resultan acechados uno a uno por un asesino, descubren que dicha situación ya ha sucedido antes y recurren a dos supervivientes de aquellos hechos acaecidos tiempo atrás.

Se trata de un previsible thriller de temática plana dirigido especialmente al público juvenil, pero que también puede entretener durante apenas hora y media a quienes visionaron el original de 1997, ya que la intervención de jóvenes apuestos y asustados se repite.  A título particular, y como espectador de la misma historia hace un cuarto de siglo, me resultó (para no variar) cansino e innecesario y me desconecté enseguida de la proyección. 

Dos de aquellos intérpretes actúan nuevamente:  Freddie Prinze Jr. y Jennifer Love Hewitt. El primero rodó “Scooby-Doo” y varias comedias románticas (“Alguien como tú”), y apareció fugazmente en la exitosa serie televisiva “Friends”. La segunda protagonizó para la pequeña pantalla “Entre fantasmas”, y figuró asimismo en “Las seductoras” o “El esmoquin”.

Como miembros sobrevenidos de la pandilla se añaden Madelyn Cline (“Identidad borrada”, “Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion”), Chase Sui Wonders (“The Studio”), Sarah Pidgeon (“Gotham”), Jonah Hauer-King (“La sirenita” de 2023) y Tyriq Withers (“Tell me lies”).



 


viernes, 18 de julio de 2025

SUPERMAN



Si tuviera que elegir una sola escena de las dos películas “Kill Bill”, rodadas por Quentin Tarantino, sería aquella en la que David Carradine reflexionaba sobre los superhéroes. En el diálogo que mantenía con Uma Thurman apuntaba la gran diferencia que existía entre Superman y el resto de personajes de cómic. Así, mientras que Spiderman y Batman eran seres humanos que, por diversas circunstancias, se convertían en héroes amparándose en un disfraz que les ayudaba a ocultar su verdadera naturaleza, con Superman se producía el efecto contrario. Él se "humanizaba" para disimular su condición sobrenatural. Dicho de otro modo, Peter Parker y Bruce Wayne se esconden tras Spiderman y Batman, pero es Superman quien encubre a Clark Kent.

El hecho cierto es que se inicia en 2025 otra posible saga de este último, bajo las órdenes del director James Gunn (responsable de “Guardianes de la galaxia” y “El escuadrón suicida”). He de reconocer que la idea de “empezar una nueva saga” me produce cierta pereza, habida cuenta de esta machacona tendencia en la actual industria norteamericana. Resulta inevitable recordar las cuatro cintas protagonizadas por Christopher Reeve, Margot Kidder y Gene Hackman en 1978, 1980, 1983 y 1987 (aunque Hackman no participó en la tercera). Tras un parón de casi veinte años, se estrenó en 2006 “Superman Returns”, con Brandon Routh dando vida al personaje principal, Kate Bosworth como Lois Lane y Kevin Spacey en el papel de Lex Luthor. En 2013, Zack Snyder recogió el testigo en la realización y filmó “El hombre de acero”, con Henry Cavill y Amy Adams encabezando el reparto. Más tarde llegó a las carteleras (también con Cavill) la desnortada trilogía de “La Liga de la Justicia”, formada por “Batman v Superman: El amanecer de la justicia” (2016), “La Liga de la Justicia” (2017) y “La Liga de la Justicia de Zack Snyder” (2021). Ahora se pretende volver al origen: nuevo protagonista, nuevo director, nuevo intento de revitalizar la trama pero, en esencia, la misma historia e idénticos personajes.

Sin duda, el “hombre de la capa roja” suscita un enorme interés y, si bien no encarna a mi superhéroe favorito, siento una gran devoción por la música compuesta para él por John Williams y valoro cómo refleja esa lucha entre el bien y el mal que tanto engancha a los espectadores. No obstante, pese a que las dos horas aproximadas de proyección se tornan llevaderas, esta propuesta dista mucho de incitarme al aplauso y el mérito técnico de numerosas de sus escenas no conlleva el necesario enganche emocional. Pretende (y, a veces, incluso logra) alcanzar un nivel superior de agilidad, diversión y luminosidad pero, a estas alturas, sorprender por la vía de los efectos especiales y conmover a través de contenidos tan reiterativos entraña una elevada dificultad.  

Por distintas razones, continúo prefiriendo los títulos de Zack Snyder en 2013 y de Richard Donner en 1978. El primero ofrece más rigor e intensidad. El segundo, mayor encanto y fantasía. En cualquier caso, ambos iniciaron unas sagas que se alargaron excesivamente, como sucederá a buen seguro con esta de 2025. No obstante, a poco que rescaten al niño o a la niña que cada uno conserva en su interior, no recibirá el calificativo de mala producción.

David Corenswet da vida al reciente Superman. No muy conocido para el gran público, ha intervenido en “Twisters” y en algún episodio de la serie de televisión “House of Cards”. Sin merecer una crítica especialmente negativa por su actuación, durante largos tramos del metraje no termina de encajarme en la figura del superhéroe. Integran el equipo artístico otros nombres más conocidos, como Bradley Cooper (que ya acumula doce nominaciones al Oscar, incluyendo las de actor principal, actor de reparto, productor y guionista), Rachel Brosnahan (“La maravillosa Sra. Maisel”), Nicholas Hoult (“Un niño grande”, “Jurado Nº2”, “Nosferatu”), Michael Rooker (“J.F.K.: Caso abierto”, “Arde Mississippi”, “Henry: Retrato de un asesino”) o la modelo Sara Sampaio.